viernes, 17 de julio de 2015

Android Mexico

Hoy me crucé con uno de esos sacrificados hombres que guardan la mar en las noches frías, de nuevo ha vuelto a recitarme de tirón la vieja leyenda de la chica que cada noviembre Android Mexico la soledad de la playa en busca de un barco que el horizonte le regala de vez en cuando, y que la hace mas mujer, mas leyenda aún si cabe entre los marineros hastiados de medir sus vidas por nudos.

Son mujeres como ella las que al norte del faro se encargan de transmitir desde hace generaciones estas fábulas para evitar que caigan en el olvido. Y yo al igual que ellas, piso la húmeda arena cada noviembre con la esperanza de que esta sea su nave definitiva, aquella que cuentan, Click aquí en su mástil la bandera de la felicidadsobradamente ganada. 


No es que mi abuela (llalli para sus nietos) sea un diablo, más bien todo lo contrario, para mi es un ángel pero sí que es “lista como un demonio”, que se suele decir.
Este fin de semana hemos estado en su casa de visita, pues desde que salió del hospital solo habíamos hablado por teléfono.
Aún no había tenido la oportunidad de darle todos los besos y abrazos que guardaba para ella y en la mañana del sábado me desprendí de todos, se los regalé.
Mi buena amiga Noemí también le regaló una caja de galletas que la deleitaron con sus variados sabores; es muy golosa, como yo.
Llegamos a su casa a las 12h y mis padres ya se encontraban allí.
Como estos días está haciendo un frío al que no estamos acostumbrados (al menos por estas latitudes) pues llalli permanecía en la cama abrigadita hasta el cuello pero animada y feliz porque tenia visita. 
Estuvimos largo rato divirtiéndonos con los diálogos que se crean entre mi padre y ella mientras permanecíamos en la habitación.

Él no hace más que fastidiarla con sus comentarios cargados de ironía y bastantes dosis de humor y ella le responde de la misma manera solo que la mayoría de veces nos deja boquiabiertos con sus ocurrencias y la vitalidad que le proporciona ese genio, que es menor que su dulzura pero que tanto la caracteriza.
Un ejemplo...
Él: Venga abuela, a ver si se levanta ya y no recibe a las visitas en la cama.
¿Qué van a pensar estos muchachos?
Ella: Déjame a mí con mi vida que ya soy mayorcita.
Cuando llegues a mi edad a ver como te las apañas tú.
Tendrías que pensar más en ti mismo y en el futuro.
Además tú nunca te has adentrado en la materia de la vida, ¡tu que sabrás!.
Bueno, ahí nos quedamos todos flipando (incluido mi padre).
No sabemos muy bien lo que trató de decirle pero... 

Al cabo de un rato mis padres marcharon y nosotros permanecimos allí, repartidos y sentados a los pies de su cama y en la contigua.